lunes, 24 de enero de 2011

La inspiración es el alma del escritor.

Escribir: sentir la necesidad de flotar entre palabras mágicas que navegan por una idea.
Explicar sentimientos existentes o perdidos en el tiempo y concluir en algo verdadero y con sentido. Revolotear como una mariposa sobre líneas llenas de palabras expresadas con distintas formas y colores. Llenar un espacio vacío transformándolo en algo eterno y placentero a los sentidos. Todo ello en tan solo un momento, como una pasada mágica, un "plis-plas", una inspiración momentánea que termina en una verdadera obra de arte; la novela. El sueño dorado de mi inspiración.



Os invito a conocer a Alexia, la protagonista de mi novela que os sumergerá en una trepidante aventura, envuelta de misterio y donde nos revelará un pasado que regresa para dominar su presente y futuro.

Disfrutad con la sipnosis y un capítulo de ésta sorprendente aventura.



SIPNOSIS

Alexia, una mujer joven con un don especial al que tiene que renunciar de pequeña, para no crear estragos y conflictos familiares. Su padre, un hombre rudo y autoritario le hace entrar en razón para que olvide lo que para él supone, son fantasías. Su pasado la marca para siempre, siendo a la vez una convivencia familiar de altibajos en un entorno de pesadumbre y tristeza. Todo hace mella en su subconsciente dejándole una grave herida en el alma. Cuando conoce a Nick, al principio cree que la felicidad por fin toca en las puertas de su vida, pero no es así. Un torbellino de circunstancias la envuelven de nuevo en esa oscuridad maligna de la que parece no poder salir. Decide dejarle, irse a vivir a otro lugar, ya que no está dispuesta a soportar la convivencia con otra réplica de su padre, no permitirá que le ponga un solo dedo encima como él lo hizo con su madre.
Huye y se instala en un ático en un edificio antiguo de nueva remodelación y allí se embarca sin esperarlo en una inesperada y misteriosa aventura, que empieza en el sótano del inmueble. Descubre una puerta que oculta una fuerza extraña que posee su alma transformándola en otra mujer. Conduce su destino por un camino inexplicable.
En el transcurso de todo esto, conoce a un chico en el mismo edificio y del que se enamora, trayéndole problemas  a esa nueva faceta de su vida. Él, y Sandra, una amiga de la joven intentarán sacarla de las garras de esa energía que la consume y que le hace trasnochar actuando de una manera extraña, casi sobrenatural.



INTRODUCCIÓN


Nunca pudo entender ésta sociedad. Todo lo que estaba pasando la frustraba y hasta le daba asco. Podía sentir el sucio rencor aborreciendo la injusticia revolviéndole el estómago con ganas de vomitar. Sabía que en sus manos no estaba la solución, quizás la unión de todos; uniendo fuerzas… Pensaba en ello constantemente y le dolía como sufrimiento propio.
La vida no había sido que se dijese; un camino de rosas sin espinas. Tuvo que madurar muy tempranamente, vivir en una familia de conflictos y maltrato personal. Le hervía la sangre el ver las atrocidades y oír aquellas verborreas de palabras injustas y sin sentido proyectadas al viento perjudicando a su madre. Sentía vergüenza ajena, dolor intenso y ganas de gritar, de salir corriendo al mundo y declarar en un ahogado e intenso grito: <<_¡¡MALDIGO EL DIA EN QUE EL MUNDO SE CREÓ!!_>>
Nada tenía remedio. Una lucha sin tregua se cernía sobre su espalda y sobre llevaba la situación. Intentaba desde su lejano mundo de la inconsciencia del recuerdo infantil, poder apoyar a su madre con miradas y silencios rotos. La juventud se bregaba dura, difícil y complicada. Fue creando un fuerte muro alrededor de su alma protegiéndose del mundo exterior.
Toda una vida llena de vicisitudes albergaban en sus recuerdos solemnes haciéndola estremecer y sentir el frío hielo e insondable del bloque de pared creado a su alrededor.


Capítulo I

Oye el tic-tac del tiempo monótono, mientras recorre en un rápido vistazo la casa que hasta hace tan solo unos minutos había sido su hogar. Unas maletas y unas cajas cerradas le recuerdan que tiene que irse y dejar todo atrás.
En lo más profundo de su ser jamás pensó, repetir su vida recreada en la de otros; sus padres. Una huella imborrable se había quedado marcada con fuego en su sino para siempre. Era como si un virus maligno se apoderase de varias generaciones. Una mala hierba que enraizaba y nadie podía arrancar.
Temblaba mientras asía el pomo de la puerta principal para salir. Las lágrimas caían sobre sus mejillas pálidas a la vez que recuerda felices pensamientos que llegan instantáneos, hechos vividos en ese mismo salón.
Reía contenta, feliz, mientras se besaba con Nick, estaban a gusto compartiendo su amor que parecía prodigarse eterno, en la nueva casa. Ese hombre que la había sacado de la monotonía triste, el tipo que parecía ser el ángel de la guarda que la libró de su mal, de esa angustia y recuerdos que albergaban en su corazón herido por el tiempo. Aquel día que cruzó la mirada con él, en la parada del bus. Un momento de magia en la que no creía, que no viviría jamás. Ingenua y noble, cayó en las redes de ese mal de ingenuidad humana. Confió, pensó que tal vez se había acabado el dolor, tenía derecho a ser feliz y olvidar lo pasado; el sufrimiento de otros.
Todo fue un engaño, ahora lo sabía. El sueño mágico de la felicidad se volvía a romper y el bloque de hielo volvía a renacer, a endurecerse alrededor de su corazón. Nadie más volverá a dañar su alma, no dejaría entrar de nuevo el mal.
La vida demostraba que la maldad se apoderaba de las almas, había arañado y sembrado sus garras enraizando ganando la partida al bien, apoderándose de los corazones de la humanidad.
El bien en cambio buscaba recodos de libertad entre las pocas mentes limpias y libres de éste virus, intentando encontrar el núcleo de éste para destruirlo; pero no podía.
Ella estaba cansada de luchar. Decidió irse y dejarle. Sabía de antemano que él no iba a cambiar. Lo conocía suficientemente como para saber que tarde o temprano intentaría localizarla. Ya la experiencia le advertía de que un amor enfermizo como aquel no tendría un final feliz. Sabía que huir y romper lazos era lo mejor que podía hacer, ya que ese amor nació fuerte y con esa misma intensidad se transformaba en odio; algo nada bueno.

El coche de la mudanza acaba de irrumpir sus pensamientos, llegaban a por las cosas para trasladarlas a un lugar distinto.
El ático parecía confortable, tenía buena iluminación y estaba en un edificio con aires de encanto por su estructura de época, bastante antiguo pero restaurado hacía muy poco. Acababan tan solo unos meses de terminar su transformación, dándole un toque fresco pero sin perder la chispa del pasado.
Siempre le habían atraído esos edificios señoriales de otro siglo. Nunca había entendido por qué le llamaba tanto la atención una época tan lejana. Era como si sintiera nostalgia de un tiempo que no le pertenecía. A veces, soñaba con lugares y gentes de un mundo confuso y distinto. Eso la hacía estremecer de añoranza y deseos de volver a ese tiempo.
Cuando estuvo frente a ese edificio, no pudo contenerse las ganas de entrar y verlo por dentro. Además pensó que sería muy caro vivir en un lugar así. Todo olía a nuevo, a pintura fresca y madera recién barnizada. Cuando preguntó por los precios de sus alquileres, se sorprendió.
El piso estaba amoblado, aunque ella tuvo que llevarse algunas cosas de la otra casa que eran suyas.
Los de la mudanza dejaron todo en medio del salón y cuando cobraron se fueron, quedándose ella suspirando de alivio al verse ante su nuevo hogar. No le dio tiempo a cerrar la puerta cuando aparece la señora Pérez; la mujer del conserje, la misma que le mostró el piso el día que lo alquiló.
_ ¡Oh! Señora Pérez, ¡buenos días!_ dice al sentirla tras ella, trayendo algo en las manos.
_Hola pequeña _ dice feliz de verla_, qué alegría tener sangre nueva por aquí. Todos estamos ya pellejos y no se oye casi nadie, es como si la alegría se fuese apagado.
La mujer la mira sonriente mostrando en la expresión de su rostro las arrugas del tiempo, aunque  para sus setenta y tantos se conservaba muy bien.
_ ¿Qué trae ahí?_ pregunta curiosa. Al ver que una limpia servilleta ocultaba algo voluminoso que olía bastante bien.
_ ¡Aaaah! Es para ti, es un bizcocho recién hecho, queríamos darte la bienvenida, espero que te guste.
_Sí gracias. Me encanta el bizcocho.
La mujer se vuelve para marcharse pero recuerda de pronto algo y se gira para decirle…
_ ¡Qué cabeza la mía!_ exclama_ Toma, las llaves del sótano, de tu trastero
_ ¡Anda!_ dice sorprendida.
_El otro día con las prisas se me olvidó decírtelo y no te lo enseñé.
_Mira qué bien, para mi es una sorpresa, tengo algunas cosillas que guardar y que no sabía dónde las iba a poner.
_Perfecto_ contesta la señora_. Por cierto, es el nª8.
Alexia sonríe y se despide de la señora Pérez, después cierra la puerta volviendo a su serena tristeza.

Su amiga Sandra solía llamarla Alex, acortando lingüísticamente. Siempre decía que su nombre evocaba a personaje malvado de cuentos. En cambio a ella le fascinaba, le hacía sentir fuerte ante las inclemencias de su destino. Pensó en al acierto de su madre cuando le puso ese nombre.
No tenía muchos amigos, Sandra quizás podría decirse que era la única. Se conocían desde hacía poco y por el momento parecía irle bien con ella.
Alexia siempre andaba metida en su mundo particular y secreto; los libros. Le encantaba leer y tenía un montón de ellos. También tenía una pequeña tienda al otro lado de la ciudad cerca de donde antes vivía. Hacía dos años que la había abierto, justo cuando conoció a Nick. Había vendido el piso de sus padres cuando lo heredó después de sus muertes y pensó que era mejor invertirlo en algo que le gustase y le diera trabajo.
Su tienda era una especie de taller mágico como solía decir, creaba ilusión y fantasía. Vendía muñecas de porcelana y de trapo. Era una habilidad que tenía para las manualidades. Vendía casas de muñecas y accesorios. Juguetes antiguos de madera y muchas otras cosas más que a los niños les llamaba la atención cada vez que pasaban por delante del escaparate. También tenía un rincón dedicado a los libros, su otra pasión.
La crisis afectaba a todos y a ella que por culpa de esa vivencia pasada no pudo terminar los estudios no le quedaba más remedio que emplear su talento en algo provechoso. Sacaba hasta el momento para sobrevivir y con los cuentos que escribía y solía vender bajo seudónimo, podía marchar para adelante. Intentaba retener los ahorros y no perder el equilibrio emocional, luchar contra la tempestad de lo que se avecinaba ahora que estaba sola de nuevo.
Su trabajo en ese nuevo cambio de vida quedaba bastante lejos y tenía que coger el metro, pero no le importaba con tal de ser feliz y estar lejos del enemigo.

El tiempo había pasado rápido y no calculó las horas idas. Del cansancio se había quedado dormida sobre un sillón justo cuando se sentó unos minutos para descansar sobre las siete de la tarde, cuando organizaba todo lo de la mudanza.
Al despertar al oír el reloj de pared se llevó las manos a la cabeza. Estaba tan a gusto y relajada que le daba igual que hubiese anochecido y quedaba mucho por hacer. Después de levantarse y beber agua decidió bajar algunas cosas al sótano y así quitarlas del medio de una vez.
Asió en sus brazos una caja llena de cosas del pasado, que quería olvidar en algún rincón olvidado de ese sótano. Tomó las llaves y salió de casa. El ascensor estaba aún averiado desde el día que estuvo por primera vez allí. Estaba con ganas de estrenarlo, soñaba con entrar en él. Siempre había querido subir en ese tipo de ascensor que en las películas había visto y cuando entró por primera vez en el edificio se quedó fascinada el verlo. Claro que, tendría que esperar para hacer realidad su sueño.
Bajaba por las escaleras hasta el sótano y cuando llegó pudo comprobar la escasa luz que había. Algunas bombillas estaban fundidas y daban un aspecto tétrico y siniestro a ese lugar. Justo el suyo estaba al fondo en un rincón y la poca iluminación que le llegaba quedaba a espaldas suya dando sombras y haciendo la visión más fúnebre.
_ ¡¡Vaya!!_ exclama entre dientes_ Algún fallillo tenía que tener._ añade.
Metió la llave en la cerradura de la puerta ocho y al abrir se encontró un pequeño cuarto que no estaba del todo vacío. Algunos trastos se apilaban a un lado recortando la falta de espacio.
_Menos mal que es poca cosa lo que tengo que guardar._ dice en su soledad con tono de humor.
En la tranquilidad del entorno percibe algo que le inquieta y pone nerviosa. Siente una especie de vibración de sensación confusa y perturbadora, que procede del fondo de un rincón oscuro cerca de su trastero.
_ ¿Qué eso?_ murmura.
Al cerrar la puerta y con intención de irse, la vista se le va hacia esa eterna oscuridad del siniestro rincón. Un escalofrío le recorre intensamente su cuerpo. Puede percibir un algo, una extraña energía oculta en la penumbra. Era una sensación que parecía haber sentido antes en algún confuso momento, pero que no hallaba recordar. Allí, no puede verse nada; solo oscuridad.
Repentinamente mientras su visión se pierde en esa inmensidad, puede ver como unos ligeros destellos luminosos se escapan de alguna parte formando al fondo como dibujando una especie de cuadrante perfecto.
_ ¿Qué eso?_ balbucea inquieta y en voz alta.
La luz nacía de dentro hacia fuera formando  la silueta de una posible puerta. Un impulso desmedido la hace andar hacia esa visión caminando en incertidumbre, pero no llega hasta el final.
_Si tuviera una linterna…_murmura dubitativa.
Justo en ese instante oye algo tras ella, posiblemente algún vecino. Gira la cabeza para comprobar pero no ve a nadie y en un rápido vistazo. Se inquieta por ese silencio y le entra de pronto el pánico y decide entonces regresar a casa.

De madrugada tiene pesadillas y no puede dormir, da vueltas en la cama soñando cosas extrañas e irreales en la realidad humana. Ve luces difusas en un cielo oscuro y siniestro, siente gente angustiada. Una puerta nacida de la nada envuelta en oscuridad, parece llamarla incesante mientras una luz confusa la rodea escapando por las juntas del cierre y puede oír el latir de un corazón que retumba en su mente.
De un sobresalto abre los ojos y se queda sentada en la cama. Por un instante parece hipnotizada por la situación. Sobre la mesita de noche tiene un bloc y un bolígrafo que toma en sus manos rápidamente como con ansias de escribir. Acelerada y aún con el sofoco y el sudor sobre su frente, escribe. Es una especie de diario nocturno que usa desde hace muchísimo tiempo. Siempre ha tenido sueños raros, complicados, visiones y sensaciones; cosas que ha querido olvidar, dejar en el pasado. Desde siempre ha callado esa parte de su vida, desde el momento que eso llegó a afectar a su familia. Su padre negaba ese don por decirlo de alguna manera. La ofendía y se avergonzaba de ello. No quería que nadie supiera que su hija tenía ese mal en ella, no permitía según él; que su nombre fuese manchado. La tachaba de “loquita” por soñar y ver cosas que otros no podían. Pronto, con el tiempo supo dominar esos impulsos y oscuros secretos. Al hacerse mayor podía convivir con esas luces de su mente y pudo luchar contra ello para no poder verlos. Caminó durante toda su vida con esa habilidad desterrando la oportunidad de hacer uso de ella. Al conocer a Nick quiso creer que con él sería distinto, que el amor le era correspondido y con ello la comprensión de todo. Que los afectos y sentimientos por ella la ayudaría a vivir con su pasado y ésta compartiría toda esa inseguridad dejando que su comprensión la hiciera olvidar todo.
El amor se desbordó y bloqueó la realidad. Todo se volvió en contra y esa verdad fue utilizada de forma maligna contra sus sentimientos haciendo de su felicidad un infierno.

Todo estaba escrito en esas líneas, la hacía sentir mejor; liberada. Sentía ser un bicho raro en medio de una sociedad perfecta. Nadie más supo de su don, ni siquiera Sandra. Hasta el momento tenía su amistad y no quería arriesgarla por su oscuro misterio.


 Continuará....

Podéis dejar vuestros comentarios y sabed que en breve si todo sale bien, podréis comprarla el día de la presentación cuando sea publicada. Cuando sepa el día y la hora lo comunicaré. Espero disfrutéis con la lectura. Muchas gracias a todos.
La autora.

7 comentarios:

  1. Hola! La verdad es que tu libro tiene buena pinta y me preguntaba como podría conseguir una copia para regalarselo a mi hermana que cumple años el 8 de marzo, y que me dijeses cual sería su precio. Muchas gracias.

    Por cierto mi mail es : mgbh_83@hotmail.com

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  2. Queridos amigos:
    Por fin fue la presentación del libro el pasaso viernes dia 8 de abril, todo salió perfecto y se vendieron los libros.
    A partir de finales de mes, después de Semana Santa se podrá comprar el libro en librerías de Casa del libro, tambien por internet en esta misma librería y en la web de la editorial que ya se puede adquirir en ella.
    Muchas gracias a todos y espero que disfruteis de la lectura.
    Atentamente: la autora.

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  3. La editorial es: ediciones atlantis.

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  4. tengo 3 blogs
    luciayevathebestfriend.blogspot.com
    mientraslees.blogspot.com
    semanasantaparacofrades.blogspot.com

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  5. hola, Pilar, la novela tiene un buen argumento. Me gusta lo que he podido leer. Soy Marga, la autora de CRUCE DE CAMINOS. Qué pena que ya fue la presentación. Un beso.

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  6. ¡Lo que leí me pareció interesantísimo! Dan ganas de leer más. Mucha suerte promocionando el libro y que se vendan muchos~ Yo intentaré conseguirlo algún día, lo antes posible, para sacarme las ganas de leer más. :D

    Saluditos desde Chile.

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